22 may 2009

Nights in white satin - Moody blues



Qué romántico resulta escribir esas cartas de amor que nunca entregaremos. Qué romántico es sufrir por la persona deseada sabiendo que no nos corresponderá, siempre manteniendo esa esperanza viva.

¿Realmente es así? Honestamente, ¿preferimos sufrir de este modo antes que intentar dar un paso hacia delante? ¿De qué sirve gritarle al viento cuanto queremos a alguien si esa persona no lo sabe?

Podemos creer que es un imposible, que nunca lo conseguiremos. Perfecto, creámoslo así. Suframos sin motivo. Aunque seguramente sea conveniente intentarlo. Hacerle saber a esa persona lo que sentimos, lo que queremos. Si no nos corresponde (a lo cual está en su perfecto derecho), simplemente, eliminar cualquier rencor que pueda surgir (este es uno de los sentimientos más estúpidos) y seguir con nuestra vida, relegando a un segundo plano aquello que sentimos para, finalmente, relegarnos a ningún plano, hacer que no influya más en nuestra vida.

Puede que estas cartas de amor se escriban tras una ruptura. ¿De qué sirven? ¿Vamos a conseguir algo por hacerlo? Si queremos, sí. Si las escribimos con la intención de tirarlas, son perfectas. Si las escribimos con la intención de ir rebajando esa angustia, son perfectas. Pero siendo siempre totalmente conscientes de que no son más que eso, un desahogo que ha de ir haciendo su labor, poco a poco, con calma y sosiego.

Sea el caso que sea, por romántico que resulte, no tienen utilidad alguna si no hacemos nada al respecto, si no hay una intención que no sea el "sufrir por sufrir" y regodearnos en nuestro propio sufrimiento con esos "que pensa doy, con lo buena persona que soy y mira como pasa de mi" y similares...

¿Cuantas de estas cartas has escrito tú?

0 comentarios: