25 abr 2009

Eye of the tiger - Survivor



Me tomé mi tiempo,
Corrí mis riesgos,
Remonté la distancia,
Ahora estoy de nuevo en pie.

¿Qué hacemos cuando nos caemos? Levantarnos es lo habitual. Ante los problemas, ¿hacemos lo mismo?

Levantarse ante el desafío de nuetro rival.

¿Qué tal el intentar hacerlo? ¿Y hacerlo? ¿Recordáis esa sensación cuando estando en el colegio, conseguíais resolver por primera vez una división por vuestros propios medios? Después crecemos, nos enfrentamos a más problemas y cada vez les tenemos más y más miedo. ¿Porqué? Vamos adquiriendo estos miedos al ser más conscientes de las dificultades a las que nos tendremos que afrontar.

"Vaya, si hoy esto me supone un problema, ¿Cómo serán los que lleguen mañana?" y vamos haciendo una montaña de un simple grano de arena que no era nada en su principio. Dejamos un problema de lado, sin aprender de él. Aprovechemos los golpes que podamos recibir hoy para ser más fuertes mañana. O nos enfrentamos a él con la actitud errónea.

Intentemos enfrentarnos a ellos, a nuestros problemas, con valentía, sin miedo, confiando en que los resolveremos. Pero no gastemos nuestras energías en ellos. No merece la pena. Y mucho menos preocuparnos por ellos. No lo merecen. No ayuda en nada el preocuparse. 

"Si un problema tiene solución, ¿de qué sirve preocuparse? Se solucionará. Si un problema no tiene solución, ¿de qué sirve preocuparse? No se solucionará".

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