28 ago 2009

La herida - Héroes del silencio



Siempre es la misma función,
El mismo espectador...


Seguro que conocéis a más de una persona que os repite, una y otra vez, "es que siempre me pasa lo mismo, estoy cansado de esto" y demás chorradas. Y tratas de animarle, que no decaiga, le dices que su suerte cambiará, que no se preocupe. Quizá le hicieses un favor diciéndole a esta persona que, si siempre le sucede lo mismo, la única responsabilidad de ello no es de ninguna otra de persona. Es su propia responsabilidad.

Imagina que cada vez que vas a clavar un clavo en una pared, te pillas el dedo. ¿De quien es la culpa? ¿Del martillo? ¿Del clavo? Quien sabe... Quizá debieras quitar el dedo de la trayectoria que toma el martillo antes de golpear la cabeza del clavo, ¿no crees?

El caso, por ejemplo de "siempre me ponen lo cuernos". Bien, aunque no sea corrrecto por parte de quien es infiel, la responsabilidad sigue siendo, en última instancia, de la persona que sufre esta infidelidad. Si sólo tienes relaciones con personas proclives a ser infieles... Te sucederá una vez, otra vez, y otra. Y dirás que tienes mala suerte. Esa mala suerte es la frase más alejada a la realidad que puede salir de tu boca, pero si te hace sentir bien, perfecto. Allá cada cual con sus propios engaños.

Por una vez, sin servir como precendente, hablaré de mi. Tuve tres relaciones seguidas en las cuales la que era mi palreja, al conocernos, tenía su propia relación con otra persona. Paralelamente empezábamos nosotros otra relación. Acabaron por dejar a su pareja y manteniendo sólo la que me concernía a mi. Antes o después volvían con su ex pareja. Y yo me encerraba en el "que malas personas, han pasado el rato (o los años) conmigo pero querían estar con la otra persona". El fallo era mío. En exclusiva. En ningún momento tuvieron tiempo de recuperarse de sus rupturas, aparecí y todo empezó, ni sus mentes ni sus sentimientos tuvieron un descanso para reencontrarse. Sólo tenía que haberles dado ese tiempo necesario (cada cual necesita un espacio temporal distinto, claro), esperar, si lo consideraba oportuno, y disfrutar de lo que sucediese en el futuro.

Aún hoy hay gente que me dice "que mal que se portaron contigo". Siempre les respondo lo mismo. Fui yo quien falló, quien no supo hacer las cosas correctamente.

Siempre, la responsabilidad última, es total y exclusivamente nuestra. De todo aquello que nos suceda.

2 comentarios:

Deprisa dijo...

Te he leído DEPRIsa (al estilo de mi blog) y deberé reflexionar con la almohada lo que aquí cuentas. pero te digo que qué razón tienes. Grandes mis paisanos de hilo musical.

Patrick dijo...

Gracias por tu comentario Deprisa. En muchas ocasiones cuesta darse cuenta de quien es el verdadero responsable. Aunque parece siempre más cómodo echar balones fuera.