7 feb 2010

Bittersweet symphony - The Verve (1ª parte)

Derechos de autor... Hoy no hay vídeo incluído. Lo tienes subtitulado en este enlace. Y si la quieres escuchar aquí mismo, aquí la tienes en directo:


Pero soy un millón de personas diferentes,
De un día a otro,
No puedo cambiar mi molde.

No tenemos miles de personalidades, millones de ellas. No se si afortunada o desgraciadamente, pero no las tenemos. Somos como somos. Pero siempre mejorables. No sirve ese "soy así y si no te gusta, te jodes". La prepotencia y el ego mal comprendido son dos de estas cosas que podemos mejorar. Somos un molde, al que damos forma siempre queramos. Un molde que nos contiene, un molde que ofrece nuestra imagen, nuestra persona. Pero es maleable, un metal blando al que podemos hacer aquello que queramos hacerle. Siempre que queramos, es posible.

Seguro que te has encontrado con personas, fuesen amistades o parejas que te han dicho "mira, yo soy así, hago las cosas como quiero y si te jode, pues te jodes". Bien, además de su falta de riqueza lingüística, su falta de sentido común es más que patente. No te preocupes, estas personas, o bien acaban entiendo que viven en un sueño, en una mentira, o bien acaban mendigando atención en alguna esquina. No son asunto tuyo. Tu vida vale más.

Quizá en alguna ocasión hayas pensado que siempre te pasa lo mismo, que en tus relaciones siempre es el mismo detonante lo que hace que acabe la relación. Que con tus amistades siempre has tenido los mismos problemas. Pero que malos son... No te comprenden.

Si conduces con el pie apoyado ligeramente sobre el embrague, con el paso del tiempo, se quemará y tendrás que cambiarlo. ¿De quien es la culpa? ¿Del fabricante por no pensar que tú apoyas el pie en el embrague, o tuya por apoyar ahí el pie?

En tu vida sucede lo mismo. Si siempre suele sucederte lo mismo, simplemente, dale a tu molde una nueva forma, ábrelo en el lugar que necesita aire nuevo, refuérzalo allí donde necesita mayor consistencia y déjalo como está allí donde te sientas orgulloso de su forma. A menos que esa parte que tanto orgullo trae a tu vida, sea la raíz del problema. En tal caso, destrúyela y créala de nuevo.

No tengas miedo de ello, no se derrumbará todo a tu alrededor. Tenlo seguro. Si el ser humano tiene realmente alma, no tenemos una para cada uno, hay un alma para todos y la compartimos, y al "trozo" que nos ha tocado, le hacemos vivir experiencias que enriquecen al conjunto. Y para enriquecerlo, en muchas ocasiones hemos de reventar el molde y crearlo de nuevo. Sin miedo. Sin mirar atrás. Con convicción.

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