Nos empeñamos en ir cargando sobre nuestros hombros todos nuestros problemas, traumas del pasado, relaciones inconclusas... No damos por finalizadas experiencias del pasado que ya han quedado atrás en el tiempo pero seguimos teniendo presentes. O echamos de menos aquello que ya nunca tendremos. O quizá sí, quien sabe. ¿Realmente merece la pena pensar en ello? Lo que tenga que llegar, llegará.
Cargamos con recuerdos, rencores, lastres para nuestro día a día. Y seguimos acumulando y cada paso que damos es más pesado. ¿Tienes alguna cuenta pendiente contigo mismo? Bien, recuerda;
Subido al ring aprendí como ganar un asalto,
Al sonar la campana, he seguido golpeando.
Resuelve esa asunto pendiente, líbrate de esa carga, sea mental, sentimental o del tipo que sea. Resuélvelo y queda en paz contigo. Queda en paz con todo el mundo. La respuesta que obtengas al intentar deshacerte de aquello que pesa... Bueno, lo importante es que sientas que has hecho lo correcto hacia ti, lo importante es que sepas que ese asunto pendiente ha dejado de serlo y estás listo para afrontar nuevos retos y seguir soltando ese lastre que arrastras.
Y... ¿Cómo hacerlo? Sin miedo, teniendo claro que es lo que queremos, qué queremos conseguir y sin titubeos. Sin dar opción a que tu lastre se convierta en una nueva carga más pesada y complicada de resolver.
Ya no somos inmortales, ahora somos eternos...
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