Siempre he sido un luchador,
Pero sin ti me rindo.
Como en anteriores entradas ya dijimos, resulta enternecedor decir estas palabras. ¿Sirven de algo?
Obviamente son palabras que, o bien se dicen tras una ruptura, o bien cuando nos damos cuenta de que una relación puede acabarse, porque intuímos que algo no funciona, porque nuestra pareja está cansándose de nosotros. Y decidimos sacar toda nuestra artillería "joder, con esto se derrite y verá lo buena persona que soy y todo lo que siento y cuanto quiero seguir con esta relación".
Ahora imagina que eres tú quien está en la otra parte, que es tu pareja quien ve esas dudas en ti. Y te escribe o te dice estas palabras o similares. Es precioso, sí. Pero... Pero en la mayoría de las ocasiones, esto nos asustará en cierto modo. Encontrarnos con una persona, de buenas a primeras, se muestra tan dependiente, se rebaja a decirnos que no son nada si no están a nuestro lado. ¿Te suena esto? Seguro que lo has vivido también.
Pero vayamos de nuevo a quien puede escribir o dedicar estas palabras.
Tú eres una persona, la misma estés en medio de una relación, empezándola, acabándola o no si no tienes pareja. Sigues siendo la misma persona. Convéncete y se consciente de ello. ¿Depende tu vida de tu pareja? ¿Piensas que sin esa persona, nada merece la pena? Piénsalo de nuevo... ¿Cierto que en alguna ocasión, al romperse una relación, te has sentido así, que no eras nadie sin tu ex pareja? ¿Cierto que hoy sigues con vida, has pasado por alguna otra relación y te ves como siempre? No te cruzarás en tu vida con nadie que pueda ser motivo para, realmente, hacer de ti un despojo, un ser despreciable. Si llegas a serlo, será porque tú lo has hecho, porque te has permitido serlo.
La próxima vez que pienses así, recapacita un poco. Duele mucho una ruptura, por supuesto, pero no es motivo para rebajar tu autoestima, para depreciar tu valor como persona.
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